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Sobre Eugenio Fontaneda

Según las propias palabras de Eugenio Fontaneda su afición comenzó en los años de estudiante en Valladolid, cuando a la temprana edad de 13 años adquirió las primeras piezas de su colección, una primera edición de un libro y dos monedas, sendos denarios de Trajano y Cesar Augusto. A partir de ese momento se le abrieron las puertas de un mundo cuya fascinación iba a permanecer con él durante toda su vida.

 De ahí que ya en los años 50 Eugenio Fontaneda concibiese la idea de exhibir públicamente su creciente colección, caracterizada desde un primer momento por la variedad de sus objetos y por irse ya entonces perfilando los temas que conforman hoy las distintas secciones de Arqueología, Arte Sacro, Juguetes, Farmacia, Armas y Aparatos Musicales, y entre las que desde un principio tuvieron cabida la Etnografía y las Artes Populares, integrando estas últimas una sección autónoma de la Colección denominada Museo Etnográfico de los Valles del Campoo. Para el resto de las piezas acondicionó una serie de estancias de la casa familiar, construida en el solar que en su día ocupó el palacio de los marqueses de Aguilar de Campoo, siendo ya entonces visitadas por numerosas personas.

Simultáneamente realizó una destacada labor en pro de la conservación de la arquitectura y los monumentos del entorno de su localidad natal, interviniendo en los primeros proyectos de restauración del castillo y del Monasterio de Santa María la Real de cuyo Patronato fue secretario en los primeros años sesenta. Al mismo tiempo se implica activamente en el fomento del incipiente turismo cultural, ocupando en 1967 el cargo de presidente del Centro de Iniciativas y Turismo de Aguilar de Campoo.

La Arqueología es otra de las áreas que pronto atrajo la atención de Eugenio Fontaneda. En este campo desarrolla una fecunda labor como Comisario Local en Aguilar de Campoo y posterior Delegado de Excavaciones Arqueológicas en la Provincia de Palencia (1955-1963), como apoderado del Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional en aquella localidad (1958) o como miembro del Comité de Actuación del IX Congreso Nacional de Arqueología de la Universidad de Valladolid celebrado en octubre de 1965, colaborando en la investigación y publicación de diversos trabajos de Arqueología e Historia.

Su inquietud antropológica le hace pronto consciente de la necesidad de documentar las formas de vida, algunas en vías de desaparición, de su comarca de origen, y con este fin se ocupará en realizar grabaciones, tanto en soporte cinematográfico como de audio, de las manifestaciones folclóricas y sucesos que acontecen en la villa de Aguilar en los primeros años 50.

En el terreno de la Museología, Fontaneda es también artífice del proyecto de un museo etnográfico que constituyó a sus expensas. Nos referimos a la Casa-Museo de los San Martín en Cervatos de la Cueza (Palencia), que presenta la doble condición de museo etnográfico de la vida en Tierra de Campos, a la vez que rememora las raíces castellanas del general José de San Martín, libertador de Argentina. El museo, tras su completo acondicionamiento y dotación fue posteriormente donado en su integridad al Instituto Español Sanmartiniano.

Eugenio Fontaneda y Mª Teresa Berthet

No obstante, su principal aportación en el ámbito del Patrimonio Cultural es la adquisición y posterior restauración del Castillo de Ampudia que va a convertirse, desde principios de los años 70, en custodio de su cada vez más importante colección. La descripción de lo que supuso esta empresa, en la que contó con la eficaz colaboración de su esposa D.ª M.ª Teresa Berthet con la que contrajo matrimonio en 1968, fue el objeto de su discurso de ingreso como académico de número, en 1990, en la Institución “Tello Téllez de Meneses” de Palencia titulado, “Salvar un castillo” (Publicaciones de la Institución “Tello Téllez de Meneses”.  Núm. 61.- Palencia 1990).

Todo lo mencionado anteriormente le valió diversos reconocimientos, bien en forma de condecoraciones: Medalla al Mérito Turístico de España (1955), Medalla de Plata de la Provincia de Palencia, Gran Cruz al Mérito Científico de la Universidad Kennedy de Buenos Aires (1978), Comendador de la condecoración de la República Argentina de la Orden de Mayo, Medalla de Plata de la Asociación Española de Amigos de los Castillos (1966), etc.; bien de ingreso en prestigiosos centros académicos: Vocal del Consejo Social de la Universidad de Valladolid, Correspondiente de la Real Academia de la Historia, Miembro de la Hermandad General del Cister, Académico Correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción de Valladolid, Académico de Número de la Institución Tello Téllez de Meneses de Palencia, Patrono de Honor de la Primera Promoción Universitaria de Historiadores del Arte de la Universidad Complutense de Madrid (1970), Vicepresidente del Instituto Español Sanmartiniano y un largo etcétera.

  “Era un producto de refinada cultura y de amistad sin límites...Su perfil humano tocaba la exquisitez. Al recordarle, guardamos el semblante complaciente, la palabra matizada, la idea que no se impone”

Juan José Martín González

 “!Alto señor! ¡Alto  Caballero! Señor de Ampudia. Caballero de la Cultura. Gentilhombre de la amistad, siempre elegante y acogedora.”

Francisco Javier Martín Abril

 

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